Comienza Septiembre y es inevitable empezar a pensar en las delicias que acompañan nuestras Fiestas Patrias. Se hace agua la boca pensando en los asaditos, choripanes, empanadas, chancho en piedra, encebollados, terremotos, mote con huesillos, dulces chilenos…ufff, un largo etcétera de maravillas culinarias.
Saboreamos cada bocado, en largos encuentros familiares y/o de amigos. Pero ¿qué nos queda de esto, aparte de unos kilos extras?
Cuando pensamos en felicidad o en nuestro bienestar, un ejercicio sencillo pero muy eficaz es “saborear la vida”; es decir, detenerse y apreciar el momento de manera consciente; observar nuestro entorno, lo que está ocurriendo, a nosotros mismos, nuestras emociones, sensaciones, pensamiento en un momento determinado.
De alguna forma es tener “un momento kodak” que podamos atesorar en nuestra memoria y nutrirnos de ella cuando así queramos.
La celebración de las Fiestas Patrias es un excelente momento para guardar y atesorar muchos de estos registros. Prestemos entonces atención a estos encuentros. Que nuestro foco no sea hablar con whatsapp con quienes no están mientras nos perdemos a los que sí lo están; o subiendo fotos de nuestra comida sin siquiera antes haberla probado. Déjalo para más tarde. El mundo virtual seguirá ahí, pero la vida real pasa.
Estemos presentes y atentos a la experiencia. Cada vez que hablemos de ella o la recordemos, podremos volver a saborearla, siendo así un nutriente permanente para el alma.
Saborea… saborea todo… cada día, en cada momento, en cada tarea (incluso en aquellas que no te gustan, así podremos ver como siempre se puede rescatar lo positivo, como el hecho de lograr lo propuesto), saborea el encuentro, las oportunidades. Prueba “nuevos sabores”.
Vive consciente, vive presente, saborea la vida.
Publicado en http://www.cetep.cl/web/?p=8562 el 28/08/2015